Will Gym vio la luz del día hace 14 años, nació con la intención de dos amigos de hacer un gimnasio, motivados por su experiencia, capital e influenciados por los consejos de sus amigos. Después de un tiempo uno de los partícipes de la idea decide abandonar el negocio y el actual dueño quedó al mando, Wilfredo Soto Laura. Tomó sus rutinas de ejercicio y nutrición y las comunicó a sus entrenadores. Al inicio, en un local pequeño (ubicado al frente del actual), la mejor publicidad que tuvo fue de boca en boca. El trato amigable, amistoso y empático de Willy ayudó a que muchos se unieran al grupo de ejercitantes. En este caso, la comunicación interpersonal fue muy efectiva para acrecentar la cantidad de consumidores.
En un principio el gimnasio estaba ubicado al frente del actual local, pero por motivo de un alce de la renta y poca capacidad deciden mudarse a otro establecimiento más amplio ubicado al frente del mismo. Éste empezó a convocar personas conocidas del barrio a que asistieran al local. Si bien en un principio el espacio, servicios y el numero de maquinas era considerablemente menor al actual Will Gym, se vio que en una atención cercana al público y la creación de un ambiente agradable lograría la preferencia de sus clientes, y gracias a la ayuda de amistosos y profesionales entrenadores se logro afianzar lo deseado.
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